El día Mundial del Agua se celebra cada 22 de marzo desde el 1993, y es un evento que busca concientizar sobre la importancia del agua dulce y la gestión sostenible de este recurso en el mundo. Este año se discutirá la relación entre agua y el cambio climático, y cómo el uso responsable y sostenible de este recurso ayudaría a reducir los impactos del cambio climático, por ejemplo inundaciones, sequías, etc.
El agua dulce es un bien escaso, pero necesario para la vida, aunque el 71% de la superficie terrestre está cubierta de agua, solo el 2% es potable. Además, el agua dulce se presenta muchas veces como un bien de uso común – susceptible de sobreexplotación. Se estima que más de 1700 millones de personas viven en cuencas fluviales sobre explotadas, y para el año 2025 dos tercios de la población mundial podría vivir en países con escasez de agua.
Nuestro planeta tiene más de 2.300 millones de personas – alto crecimiento demográfico – que viven sin acceso a agua potable, y un gran porcentaje de aquellos que, si acceden a este recurso, lo hacen en condiciones de inequidad y baja calidad. Para encarar está realidad, las Naciones Unidas ha establecido el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6: Agua y saneamiento para todos en el año 2030.
El agua es clave para el bienestar humano y equilibrio de diversos ecosistemas del planeta, pero sólo se puede considerar un recurso cuasi renovable si está bien gestionado. Por eso adaptarnos de forma adecuada a los efectos del cambio climático en relación con el uso de agua, permitirá proteger la salud, sobre todo los más vulnerables, como son los pequeños productores (as) rurales, ancianos, mujeres y niños. Es necesario por lo tanto impulsar soluciones de agua y saneamiento sostenibles, asequibles y escalables.
Desde CLAC entendemos que es necesario contar con un sentido de urgencia y actuar responsablemente como individuos. Además de las medidas que los gobiernos puedan impulsar, nosotros en el día a día, podemos reducir el consumo de agua con pequeñas acciones recomendadas por las Naciones Unidas:
- Asearse con el grifo cerrado.
- Ducharse en vez de bañarse y enjabonarse con el grifo cerrado.
- Arreglar los grifos que gotean.
- Usar lavavajillas y lavadoras con alta eficiencia energética.
- Llenar el lavavajillas y la lavadora completamente.
- Usar un cubo de agua para lavar tu coche, no la manguera.
- Utilizar el agua de lavar las verduras para regar las plantas.
- No tirar innecesariamente de la cadena del inodoro.
- Utilizar inodoros con posibilidad de descarga parcial.
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